Una relación de confianza es como un jarrón de porcelana: cuesta mucho construirla pero se puede romper en un segundo. Un estudio reciente de Ovum muestra que un 82% de los consumidores dejan de comprar en una marca después de una mala experiencia. Eso significa que no dan segundas oportunidades y que cada error puede suponer la pérdida de un cliente.
En estos tiempos de consumo desenfrenado con una baja fidelidad del consumidor, es de vital importancia mantener una relación de confianza con todos los «stakeholders»: desde proveedores, colaboradores hasta clientes y agentes del entorno.
La base para mantener la confianza es mantener una relación honesta y transparente y tratar a tu cliente potencial como a una persona inteligente y no como una masa irracional.
La cultura de empresa siempre acaba traspasando cualquier campaña de marketing, así que lo mejor es crear una buena base: definir los valores que guiarán tu proyecto y mantenerlos en cada fase del proceso de producción y comercialización.
Para coger ides sobre cómo generar confianza, puedes releer el artículo que le dedicamos al tema:
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