Había un vez un investigador que respondía al nombre de Thomas Roth. Uno de sus estudios se basó en analizar el lenguaje que utilizaban distintas personas y su capacidad para resolver problemas de distintos tipos en un juego de simulación. El resultado es el que has visto en la tabla.
Las personas personas más resolutivas utilizaban un lenguaje muy distinto a las personas con menos habilidades para resolución de problemas. ¿Cuál es la principal diferencia entre unos y otros? Quizás para sorpresa de muchos, las personas con más capacidad de resolución utilizan un lenguaje matizado y que reconoce dudas, como «quizás», «por otro lado», o «de alguna forma». En cambio, el menos efectivo se basa en afirmaciones absolutas y más tajantes, que, a primera vista podría aparentar más seguridad: «totalmente», «cada vez» o «tiene que».
¿A qué conclusiones nos lleva este estudio? Desde nuestra apuesta por el Marketing de Conciencia, este estudio viene a confirmar el valor de la honestidad y la sensibilidad. La honestidad es básica porque reconocer que hay cosas que no sabes facilita el aprendizaje y evita errores mayores, a la vez que te da más credibilidad al hacer tus propuestas, y sensibilidad porque no el lenguaje más efectivo demuestra ser aquél con un talante negociador y cooperativo en vez de uno más impreciso y frío.
Los Bloomers vamos a estar muy atentos a las palabras que usamos los próximos días, ¿te animas probarlo?
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