Casi un 70% de los clientes no vuelve nunca a un establecimiento en el que el trato no ha sido satisfactorio. Es por ello que la atención y servicio al cliente son vitales para cualquier empresa, especialmente en los negocios pequeños y medianos que no pueden competir en precio con los gigantes. En esos casos, el servicio es clave y debemos aprovechar esa oportunidad.
Con todo, durante años hemos oído que el cliente siempre tiene la razón como si de un mantra se tratara. La realidad es que este principio ya no vale en el nuevo mercado. Desde nuestra propuesta de marketing de conciencia, proponemos un sencillo giro ajustándonos a 3 realidades.
Si alguna vez has ido a comprar un ordenador si tener ni idea de sus propiedades técnicas, agradecerás que te aconsejen con honestidad y no te coloquen un ordenador digno de la NASA. En Bloom, no vamos a permitir que te gastes el dinero en una web con utilidades que no vas a utilizar o siguiendo una estrategia que sabemos que no va a dar resultados. Si sabes más que el cliente, pon esos conocimientos a su servicio, no al tuyo. Aunque tengas que contradecirle. Acepta solo a los clientes para los cuales tienes los medios y recursos disponibles, de forma que puedas cumplir con los términos de entrega manteniendo los estándares de calidad máximos. Aunque para ello tengas que decir que no a un cliente. Si el cliente propone pactos que van en contra de tu sentido de la ética, no dudes. El cliente puede no tener razón, y dándosela, no le estás ayudando. El resumen de estas tres prácticas podría reducirse a “quiere a tu cliente” en vez de complacerle a cualquier precio. Busca cubrir sus necesidades reales de forma sostenible para él y para ti: un no honesto a un cliente siempre es más rentable a largo plazo.
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