La mayoría de emprendedores quieren el logo casi antes de tener el proyecto definido. Es un paso divertido, creativo y que además permite visibilizar el proyecto mientras toda la parte logística se pone en marcha. Sin embargo, en aras de reducir costes, a menudo se obvia la creación de un logo o se le dedica poca atención.
¿Cuán importante es tener un logo? ¿Puede tener un impacto real en el negocio? En este post intentaremos responder a ambas preguntas.
Veamos los beneficios de tener un logotipo:
- Da imagen de profesionalidad: demuestra que detrás hay un proyecto personal o colectivo de cierta envergadura.
- Permite definir una linea gráfica propia que identifique todo nuestro material: tarjetas, web, facturas, etc.
- Genera más confianza, y por ende, facilita la venta.
- Te hace reconocible rápidamente y ayuda a fidelizar
- El proceso de creación o redefinición del logotipo es un proceso de autoconocimiento.
Este último punto es especialmente revelador y lo vivimos día a día con los amigos a quienes acompañamos desde Bloom: la renovación o creación del logo no es solamente un proceso de creación gráfica sino que significa un cuestionamiento de los valores que hay detrás, de la diferenciación respecto a los competidores que hay alrededor, de la identificación del cliente que buscamos, y en conjunto, de la identidad y personalidad conjunta de los elementos que dan forma al proyecto.
Por esto es importante que el resultado final te haga sentir plenamente cómodo, para que puedas dar las tarjetas con confianza plena. Tan importante es que te sientas orgulloso de tu logotipo final como de lo que aprenderás durante su gestación.
Disfruta del proceso la primera vez, y no olvides repetirlo cada cuatro o cinco años para adaptar tu logotipo a la nueva realidad de tu proyecto y de tu entorno.
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