Estamos desbordados, no tenemos tiempo ni para pensar y los árboles no nos dejan ver el bosque. Todo esto y más es lo que ocurre cuando nos dejamos arrastrar por el día a día de nuestro trabajo y nos olvidamos de la visión a medio y largo plazo.
¿Te has preguntado dónde quieres que esté tu negocio a final de año? ¿Y dentro de cinco años? De nada sirve darle gas al motor si no sabes hacia dónde apunta el volante. Para dirigir conscientemente los esfuerzos hacia donde queremos llegar, prueba a responder estas preguntas con tu equipo:
– ¿Qué se puede gestionar mejor?
– ¿Qué debemos eliminar?
– ¿Quién es nuestro cliente ideal ahora? ¿Cuáles son las características comunes de nuestros mejores clientes (los más rentables, los que quedan más satisfechos, etc.)?
– ¿En qué ambiente nos queremos mover? Tal vez nos queramos especializar más en un sector o nos convenga cambiar de ambiente, red de trabajo, etc.
– ¿Qué tipo de colaborador queremos para crecer?
– ¿Quién puede ayudarnos prescribiéndonos? ¿Cómo podemos crear relaciones de confianza con los prescriptores?
– ¿Qué campañas promocionales haremos? ¿Qué resultados esperamos de ellas?
– ¿Qué apoyo necesitamos? ¿Qué necesitamos externalizar?
– ¿Cuántos clientes nuevos queremos cada mes? ¿Cuántos podemos asumir?
– ¿Cuánto queremos facturar cada mes? ¿Qué beneficio neto queremos que nos quede?
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